miércoles, 25 de septiembre de 2013

Arbol electrico

Ha llegado a mi teléfono esta fotografía enviada por una amiga en la que me preguntaba ¿que arbol es este que da esos frutos tan raros?. Lo podríamos llamar un árbol eléctrico. Tras las risas, no he podido menos que acordarme de la sorpresa que se llevaron los arboles de la Fraga de Cecebre cuando vieron llegar a un nuevo vecino.. 
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Un día llegaron unos hombres a la fraga de Cecebre, abrieron un agujero, clavaron un poste y lo aseguraron apisonando guijarros y tierra a su alrededor. Subieron luego por él, prendiéndole varios hilos metálicos y se marcharon para continuar el tendido de la línea.
Las plantas que había en torno del reciente huésped de la fraga permanecieron durante varios días cohibidas con su presencia, porque ya se ha dicho que su timidez es muy grande. al fin, la que estaba más cerca de ´él, que era un pino alto, alto, recio y recto, dijo:
-Han plantado un nuevo árbol en la fraga.
Y la noticia, propalada por las hojas del eucalipto que rozaban el pino, y por las del castaño que rozaban el eucalipto, y por las del roble que tocaban las del castaño, y las del abedul que se mezclaban con las del roble, se extendió por toda la espesura. Los troncos más elevados miraban por encima de las copas de los demás y, cuando el viento separaba la fronda, los más apartados se asomaban para mirar.
¿Cómo es? ¿Cómo es?
-Pues es - dijo el pino- de una especie muy rara. Tiene el tronco negro hasta más de una vara sobre la tierra, y después parece de un blanco grisáceo. Resulta muy elegante.
-¡Es muy elegante, muy elegante!- trasmitieron unas hojas a otras.
-Sus frutos- continuó el pino, fijándose en los aisladores -son blancos como las piedras de cuarzo y más lisos y brillantes que las hojas de acebo.
Dejó que la noticia llegase hasta los confines de la fraga y siguió:
-Sus ramas son delgadísimas, y tan largas, que no puedo ver dónde terminan. Ocho se extienden hacia donde el sol nace, y ocho hacia donde muere. Ni se tuercen ni se desmayan, y es imposible distinguir en ellas un nudo ni una hoja ni un brote. Pienso que quizá no sea esta su época de retoñar, pero no lo sé. Nunca vi un árbol parecido.
Todas las plantas del bosque comentaron al nuevo vecino y convinieron en que debía de tratarse de un ejemplar muy importante. Ninguno se atrevía a dirigirse a él, y él, tieso, rígido, no parecía haber notado las presencias ajenas. Llegó el verano y los pájaros se hicieron entre la fronda tan numerosos como las mismas hojas. El eucalipto, que era más alto que el pino y que los más viejos árboles, daba albergue a una pareja de cuervos y estaba orgulloso de haber sido elegido, porque esas aves buscan siempre los cúlmenes muy elevados y de acceso difícil.....(El Bosque animado. Wenceslao Fernandez Florez)

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