viernes, 19 de marzo de 2010

El Camino.

En tercero de FP, le toco hacer un comentario de texto. No había libro obligado cada uno tuvo que hacerlo del que quería.

* No tengo muchas ganas de hacer nada. Últimamente estoy desmotivado.

* ¡¡Una mierda!! tu lo que estas es “enchochao” con la Amelia, que te va a sacar la sangre.

* Si será eso, será eso.

En una de las visitas que hizo al instituto de bachillerato de su localidad, se acerco al “rincón del vago” de aquellos tiempos…., “ya sabéis la segunda mesa de la cafetería, pregunta por Rafa”…. Encontró un comentario ya realizado y valorado con un 6 de nota.

* Este mismo me vale, ya lo tengo hecho. Lo reescribo con mi letra y punto.


La estructura del comentario era muy sencilla un breve resumen del libro y luego se analizaba todo el libro en base a los personajes. Empezó a transcribirlo con su letra y su gramática, para que no desentonase y empezó poco a poco a interesarse en el.


Unos días antes de la entrega la profesora de lengua y literatura Dª Pilar, comunico que el comentario debería de ser publico, y habría turno de preguntas para que la gente interviniera y valorara lo expuesto.

Esto le obligaba a leerse la novela, no podía permitir que le pillaran en un renuncio. Paso por una librería del pueblo y no la tenían.

Un sabado por la mañana se subió a un autobús con destino a Alicante y se acerco a Galerías Preciados, allí lo encontró, además en una edición bastante sencilla Editorial Destino, Colección Destinolibro Nº.100 395 pts.


Con la compra hecha se volvió a su localidad y empezó a leer el libro. El resultado fue fascinante, pocas veces ha tenido una visión mas clara de algo. Era la primera vez que un libro le generaba tantas sensaciones que desde entonces su vida es inimaginable sin un libro bajo el brazo o junto a el. Le gustaba. Lo comprendía. Le resultaba cercana esa historia, el también era un chaval al que con 14 años en plena adolescencia lo arrastraron y le cambiaron su entorno, obligándole a marchar a una ciudad nueva dejando de lado a sus amigos, compañeros y... a ella.


Se imbuyo en la lectura, hasta el punto de que se olvido del comentario de texto”encontrado” y empezó a realizarlo por si mismo. Estructura, argumento, personajes, metáforas, características del habla, etc, etc, etc.

Cuando acabo y le toco exponerlo, lo hizo convencido de lo que había hecho, tenia el libro prácticamente en la cabeza, era capaz hasta de reproducir en modo teatral escenas del libro y diálogos de los personajes. Eran unos personajes de carne y hueso, tenían vida propia, era imposible no identificarse con ellos.


Consiguió la mejor nota de toda la clase.


A partir de ese día, siempre que iba a Alicante por temas médicos, siempre procuraba traerse algún libro de ese autor. Aunque el dinero no era muy abundante siempre había un hueco para ellos.

También empezó a intentar plasmar sus ideas y pensamientos sobre papel y aunque sabe que nunca va a poder hacer nada más que alguna carta al director, un pequeño articulo en alguna revista minoritaria, o este rincón. Sigue con la misma ilusión que cuando empezó


Con el paso del tiempo tuvo un hijo, pero no fue con ella, ni con Amelia, y le puso Daniel.


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