jueves, 4 de diciembre de 2008

Asesinato de un ciudadano

Mi mas energica repulsa por el asesinato del ciudadano vasco IGNACIO URIA. Como ha escrito un amigo mio,los hijos de puta siguen vivos.
Con permiso; Voy a colgar una trascripcion de la entrada que hizo ayer Carlos Alsina en su programa (La Brujula, Onda Cero) a las 8 de la tarde. Evidentemente el sentimiento y el quebranto de la voz no se puede leer, pero la indignacion queda clara y yo comparto al 100% su planteamiento.




Hay que sacar la basura a la calle
Les voy a decir una cosa.
Nos preguntábamos ayer a esta hora qué entenderá ANV por “inversión pública”. Qué idea tiene esta gente de las obras públicas que debe promover un ayuntamiento. Hoy hemos tenido la prueba no de lo que esta gente desea para el País Vasco, sino de lo que no desea. No desea ni infraestructuras modernas, ni comunicaciones rápidas, ni progreso, ni riqueza. ETA, o sea, Batasuna, o sea, ANV (aún en el gobierno municipal de importantes municipios en Euskadi), ha matado hoy. A un vasco. Directivo de una empresa de la construcción que participaba en la red ferroviaria de alta velocidad, el tren que habrá de unir, y acabará uniendo aunque ETA, o sea, Batasuna, o sea, ANV, no lo quiera, las tres capitales vascas.

Ha matado a Ignacio Uría para aterrorizar a los demás. A las empresas y a los empresarios que tiran del País Vasco hacia adelante. Los terroristas tiran del País Vasco hacia atrás. Y hacia abajo. Son enemigos del progreso y la prosperidad. Ellos y quienes les dan soporte. Esta izquierda abertzale que se hace llamar así, que se llena la boca con la patria vasca, y que luego jalea y rinde homenaje a quienes tratan de frenar no el tren de alta velocidad, sino al Pais Vasco. Lo hicieron cuando Lemóniz, lo hicieron con la autovía de Leizarán y lo están haciendo con la “y” griega ferroviaria vasca. Se envuelven en argumentos ecológicos con el mismo cinismo con que, en otros tiempos, se envolvían en la lucha contra la droga. Chatarra propagandística de estos adictos al terror que se meten chutes de sangre y esnifan nitrato de amonio en su miserable viaje a ninguna parte. El barco de éstos no viaja a Venus. Viaja a la cárcel.

El trazado de esta obra está acordado por el Estado y el gobierno vasco. Discurre por cuarenta y seis municipios. Dieciséis de ellos están controlados por ANV. Que es un partido ilegal. Pero cuyos representantes siguen gestionando el dinero de estos municipios. Azpeitia tiene asignados dos millones y medio de euros en el Fondo de Inversión Municipal que ayer concretó el gobierno. El acalde es de ANV no porque tenga más escaños que nadie (el partido más votado allí es el PNV), sino porque los dos partidos que gobiernan Euskadi con Ibarretxe, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua, apoyan en Azpeitia a Acción Nacionalista Vasca.

¿Qué entenderá ANV por inversión pública?, nos preguntábamos anoche. Si por estos fuera, dedicarían el dinero público a construir pisos franco, zulos, plazas en honor de etarras muertos, monumentos a Txeroki y Josu Ternera. Se hace más urgente que nunca revisar la situación de estos municipios. No puede ser que gobiernos de ANV sigan teniendo la llave de la caja. La “y” ferroviaria es competencia del gobierno vasco. Mantenerla, defenderla y proteger a las empresas que la están haciendo es competencia del gobierno vasco. El lendakari, que ha hecho bien en comparecer esta tarde con la patronal vasca y guipuzcoana (Confebask y Adegi) y que ha hecho bien en comprometerse a dejarse la piel en la protección de las empresas que trabajan en las obras del TAV (el tren de alta velocidad9, no ha podido evitar sin embargo la tentación de siempre: referirse al conflicto político y a su empeño en seguir avanzando en la solución para que llegue la paz. No hay conflicto político alguno en que dos veinteañeros con pistola asalten a un señor de setenta años y le peguen dos tiros. No hay conflicto político alguno en que una banda criminal, y la minoría que aplaude sus acciones, pretenda decidir qué obras pueden hacerse en el País Vasco y qué obras no. Eso no es un conflicto político. Es un chantaje.

Le toca al lendakari, y a los partidos que gobiernan con él, tomar la iniciativa y mover ficha. A Ignacio Uría nadie va a poder devolverle la vida. A la familia Uría nadie va a poder devolverles a Ignacio. Ni a su esposa, que se ha quedado sin marido. Ni a sus cinco hijos, que se han quedado sin padre. Ni a sus nietos, que se han quedado sin abuelo. Eso no tiene solución, porque la vida, como la muerte, no tiene marcha atrás. Pero hay algo que sí está en manos de las instituciones, de los partidos que no son como ANV, solucionar. Y es la insoportable indignidad, la ignominia, la oprobiosa infamia que supone ver a estos odiadores profesionales de ANV, a estos chivatos al servicio de una banda que ellos mismos alimentan, sentarse en los plenos municipales y empuñar el bastón de mando en su propio y exclusivo beneficio, al servicio de los fines que marcan los mismos que ordenan que se asesine a un empresario. Es como tener a un nazi de alcalde de Dachau. O como seguir teniendo a Josu Ternera de presidente de la comisión de los Derechos Humanos. Insoportable indignidad.

Los de este lado de la raya, la inmensa mayoría, somos gente legal, somos garantistas, somos demócratas, pero no podemos seguir siendo estúpidos. Permitir que esta bazofia se colara en los ayuntamientos fue un error. Un error que fue producto de un cálculo político bienintencionado, si se quiere, pero obviamente erróneo. El Supremo ya ha declarado la ilegalidad de esta gente por su vinculación con ETA. Es hora de enmendar aquel error que cometió el gobierno al darles cuartelillo y abrirles la puerta. Y sólo hay una fórmula. La disolución de estas corporaciones y su sustitución por gestoras integradas por los partidos legales y democráticos. Eso es lo que toca. No hacer cálculos electorales sobre a quién beneficiaría una decisión como ésa en las elecciones vascas de 2009. Toca limpiar. Adecentar los gobiernos municipales. Hay que sacar la basura a la calle.

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