Cadena perpetua

He de reconocer que yo soy partidario de la cadena perpetua. Si, esa medida esta instaurada en muchos países y estados de nuestro hemisferio, (Francia, Alemania, Inglaterra, etc…) y no consta que ellos sean ningún oscuro lugar donde se incumplan los derechos humanos ni que no sean democráticos. Ahora bien, ya que nuestra legislación no lo contempla y que para implantarla habría que hacer una reforma constitucional, no me parece conveniente que se haga en estos momentos.

Es natural que los padres de los menores asesinados últimamente, puedan exigir la instauración ya de esa pena, y estén dedicando sus esfuerzos a la recogida de firmas para tratar de conseguirlo; pero creo que en caliente no debe de hacerse prácticamente nada en lo que no haya que quitarse los pantalones.
La toma de decisiones que conlleve semejante cambio, exige un gran consenso por parte de todos, o al menos la mayoria de los partidos politicos, debe de realizarse sin presiones mediáticas ni familiares, y este no es el momento adecuado. Hay que esperar a que se calmen los vientos, a que las aguas se serenen y que los sentimientos hoy exacerbados, se posen con suavidad en el fondo del corazón.
Aunque el que este tema este ahora mismo en el candelero, motivado por los recientes aconteciientos de Sevilla, no creo que el hecho de esa posible cadena perpetua hubiese evitado nada, ya que cuando los sentimientos y la ira de saberse abandonado entran en la mente de una persona, nadie se va a parar por unos probables años de mas en la carcel.

Nuestros políticos deberán de transitar por esa senda con paso sereno y la mirada tranquila, estableciendo unas normas mínimas de cumplimiento. Habria que ver a partir de que tipode delito, habría que tratar de ver si seria revisable o no esa condena, a partir de cuantos años y quien tomaría la decisión de revocarla. Aunque ciertamente da que pensar el hecho de que solo con cumplir integra la pena que se pone, ya seria suficiente, porque es lamentable que se juzguen actos con cientos incluso miles de años de condena y que luego solamente sean una decena a lo sumo lo que el individuo pasa en el trullo.