viernes, 27 de noviembre de 2009

Examen

La primera impresión del examen fue positiva. Eran ochenta preguntas y para aprobar había que tener cuarenta bien. A partir de esas cuarenta ya empezaría la lucha por la nota y por la plaza.

El examen no garantizaba ni, que supieses trabajar y mucho menos que supieses comportante y solucionar una avería eléctrica mas o menos importante. Solo indicaba que te sabías unos conceptos y una terminología especifica. No voy a presumir de nada, que luego alguno me llama chulo y dice que voy de “sobrao”, pero es en esos momentos en los que te das cuenta de que; si hubiese aprovechado el tiempo, con mi capacidad y conocimiento lo hubiese sacado de calle.


Empecé creo que bien, contestando con un poquito de soltura, seguro de las respuestas, hasta que me di cuenta de que ya no recordaba la definición de los conceptos. Es decir si no recuerdo en que consistía la rigidez dieléctrica o la densidad eléctrica como voy a saber cual es y como se mide su unidad o las variaciones que hay entre unas y otras.
Ha sido tanto tiempo sin repasar nada, sin ver un libro de electricidad teórica. Solo aplicando los conocimientos prácticamente, haciendo reparaciones, instalaciones y calculando las medidas de los cables y las secciones de las acometidas por la normativa existente y por el uso y la costumbre, sin buscar ni la causa o el porque. Metido en una rutina laboral ingrata, desmoralizante y sin futuro que a veces te arrastra y casi consigue hacer que odies tu profesión.

También tenia unas preguntas de temas que yo no había estudiado nunca, como podía ser sonido, energía solar, aplicaciones e instalaciones informáticas, y en estas si que estuve un poquito perdido aunque luego en algunas de ellas aplicando un poquito la lógica , puede que acertara.

En definitiva, creo tener posibilidades de haberlo superado; pero ……….

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